sábado, 4 de septiembre de 2010

LA FAMILIA RETRONUCLEAR

Una mosca, aburrida, zumbando vuela.

Entra EL DON descalzo, vestido camiseta y shores hasta la cocina cargando con un plato sucio al que tira en la montaña de vajilla humeante que se alza de adentro del fregadero. LA DOÑA, también descalza, vestida con batola, la cabeza llena de rolos y fumándose un cigarrillo, pasa un mapo mojao detrás del sofá.

EL DON: ¡Carajo! ¿Es que en esta casa nadie se va a encargar de lavar los platos?

LA DOÑA: Si tanto de preocupas de la vajilla ¿por qué no la lavas tú?

EL DON: Porque estaba ocupao asesinando las chinchas de tus pantaletas.

LA DOÑA: Y yo estoy ocupaísima mapeando los orines y churras y vómitos de detrás del sofá.

EL DON: Y yo ayer saqué un mojón gigante atascao dentro del inodoro... …con las dos manos.

LA DOÑA: Y esta mañana raspé con las manos y con los pies doce libras de mugre, polvo, grajo y hollín del piso, paredes y techo de la marquesina.

EL DON: ¿Ah, si?

LA DOÑA: ¿No me digas?

EL DON: ¿Qué es lo que tú te crées, que yo ando por ahí frotándome los cueros de los cojones?

LA DOÑA: ¿Y tú, que yo me la pasó tirá viendo películas de Yorch Cluni y jálandome los pelos de la chocha?

EL DON: (Amenazante) ¡Miraaa...!

LA DOÑA: (Amenazante) ¡Miraaa...!

Entra LA NENA, de once años, flaca, con bracers, totalmente en pelotas, y empieza a chillar malcriá en medio de la sala.

LA NENA: ¡Yaaaaaaaáááááá!!! ¡Ya estoy cansá de toa ejta mieldaaaaaaaaaaáááááá!!!

LA DOÑA: ¡Eso es todo lo que nos espera en esta apestosa vida! ¡Qué viva Papa Doc y Trujillo!

EL DON: ¡Aaaaaaaaaaáááááááááááh!!! ¡No puedo! ¡No puedo más con esta locura! ¡Me voy de aquí y no pienso regresar nunca más!

LA DOÑA: ¡Acaba y vete de una vez para que el abogado, el estado y los acreedores me quiten 70% de la pensión alimenticia!

LA NENA: ¡Iiiiiiiiiiiíííííííííííííííííí!!! ¡Tengo los pantis quemaos, nadie me comprende y me voy a suicidááááááááááááááál!!!

Mientras la garata continúa, se abre la puerta de la calle y entra EL NENE, un gordito de ocho años de cara apacible bajo enormes espejuelos, vestido de marinero, y quien jala una gran maleta de viajero con rueditas que está reventando de libros y libretas.

EL NENE: ¡Padrez de mi arma, ya llegué de la puta ejcuela! ¡Joder, pero que pezte a mierda hay aquí!

LA NENA: ¡Cállate, enano inmundo! ¡Mami, está hablando de mí! ¡Yo se que está hablando de mí!

EL NENE: ¡Puez claro que eztoy hablando e tí! Si dezde aquí puedo ver que tienej toa cagá la raja de loz fondilloz.

A NENA: Mira pendejo maricón, yo no estoy na de cagá. Es que tuve las menstruaciones y todavía no me he limpiao bien.

EL NENE: ¿Conque menstruaciones, ah? ¡Incluyendo laz der mez pasao, sin duda!

(Pausa mortal.)

LA NENA: Hijo de la granputa...

LA DOÑA: ¡Niña!

EL DON: ¡Déjala que hable, que los ensueños de la razón producen...! (mira con odio a LA DOÑA) ¡¡¡...monstruoooooooos!!!

LA DOÑA: ¡Viejo mamabicho!

EL DON: ¡Canto e sucia!

LA NENA: ¡Pendejo!

EL NENE: ¡Cagá!

LA DOÑA: ¡Mamabicho!

EL DON: ¡Sucia!

LA NENA: ¡Pendejo!

EL NENE: ¡Cagá!

LA DOÑA: ¡Mamabicho!

EL DON: ¡Sucia!

LA NENA: ¡Pendejo!

EL NENE: ¡Cagá!

Mientras esos se pelean se oye un rasguño desesperado en la puerta de la calle. Son EL PERRO y LA GATA.

EL PERRO: ¡Anda, apúrate gata, apúrate y abre la puerta!

LA GATA: Meao. ¡Aguántate que este truco apenas me lo aprendí de otro gato que hacía lo mismo en la internet!

Se abre la puerta en par y EL PERRO entra y LA GATA salta del pestillo. EL PERRO se da vuelta y empieza a ladrar hacia la calle.

EL PERRO: ¡Cabrón! ¡Cabrón! ¡Cabrón! ¡Cabrón!

LA GATA: Meao. Ya deja de ladrar chico. Si no es pa tanto.

EL PERRO: ¡Cabrón! ¡Cabrón! ¿No viste...? ¡Cabrón! ¿No viste el gas del mal que me zumbó la mujer esa que reparte la correspondencia?

LA GATA: Meao. Si lo vi. ¿Y tú qué esperabas? ¿Qué te tiraran un hueso?

EL PERRO: Más respeto y menos humillación. ¡Cabrón! ¡Cabrón!

LA GATA entonces ve a EL DON, LA DOÑA, LA NENA y EL NENE destrozándose a gritos.

LA GATA: Oye. Deja eso y mira a ver esto.

EL PERRO deja de ladrar y se da vuelta y mira extrañado a los amos insultarse. EL PERRO y LA GATA se sientan a mirarlos.

LA GATA: Meao. ¿A qué tu crees que se deba esto?

EL PERRO: No se. Pero sea lo que sea suena bien duro y pasa a cada rato, así que lo mejor es no meterse.

Luego de una eternidad, EL DON, LA DOÑA, LA NENA y EL NENE, extenuados, dejan de gritarse y se tiran de espaldas en los muebles que tienen de cerca.

LA NENA: Oigan, ¿alguien puede cerrar la puerta? Estoy esnúa.

EL NENE: Lo hago yo ahora. Dejame cojé un poquito de aire.

LA DOÑA: Si seguimos así nos vamos a matar.

EL DON: Es el fin. ¡El fin!

LA DOÑA: ¿De qué coño tu hablas?

EL DON: De que todos los días siempre hacemos lo mismo y todos los días acaban en una horrible ridiculez. Oh, Dios. ¡Oh, Dios! ¡Apiádate de nosotros!

En ese instante, de la cocina sale caminando un güimo. EL DON, LA DOÑA, LA NENA, EL NENE, EL PERRO y LA GATA contemplan al güimo llegar y detenerse en el mismo medio de la sala y mirarlos a todos con sorpresa.

EL DON, LA DOÑA, LA NENA, EL NENE, EL PERRO Y LA GATA: ¡¡¡Es un güimo!!!

EL DON, LA DOÑA, LA NENA, EL NENE, EL PERRO Y LA GATA le brincan encima al güimo, que está paralizado del terror. Una estrepitosa batalla campal estalla enmedio de la sala donde se oyen insultos, aullidos y escupitajos, y saltan por el aire rolos, bracers, espejuelos, unos shores, pelo de gato, el collar de un perro, las losetas del piso, los muebles de la sala y un güimo. Por la puerta abierta se asoma una mujer cartero con cartas en la mano, quien ve atónita el espectáculo.

MUJER CARTERO: (mirando hacia usted) ¡Virgen del peo, y yo con el dildo todavía en layaway!

La mosca, aburrida, vuela zumbando.

FIN

COPYRIGHT MAXIMILIANO E. BEMBA

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