lunes, 6 de septiembre de 2010

LOS ASTROPINGOS

Un OVNI hace estrafalarias y caóticas maniobras en los cielos del planeta Tierra hasta que se estrella en el pavimento enmedio de un gran estrépito. De entre los escombros de retorcido metal alienígeno se asoman y salen tres extraterrestres, VERGA, MAMERRO y PIPI, quienes tienen el sospechoso aspecto de penes flácidos. Cada uno se arrastra con la ayuda de dos esferas llenas de ensortijados pelos con los que tantean el suelo como antenas de cucarachas. Los tres son ciegos.

VERGA: Carajo, como que no se endonde estoy ni lo que estoy pisando.

MAMERRO: Se siente bien duro, así que creo que estamos seguros. ¿Verdad, Pipí?

PIPI: Chi.

Se aproxima un carro a toda velocidad.

VERGA: ¿No oyen nada extraño?

MAMERRO: Al parecer se acerca un nativo para darnos la bienvenida y el recibimiento.

VERGA: Hmmm... Yo como que no estoy muy seguro.

MAMERRO: Eres demasiado pesimista. ¿Verdad, Pipí?

PIPI: Chi.

El carro les pasa por encima y por poco los espacharra. Los tira popeta arriba. Luego de una pausa mortal se incorporan.

VERGA: ¿Se fijan? ¿No les dije que algo raro pasaba?

MAMERRO: Probablemente andaba de prisa. A la mejor iba a mear. ¿Verdad, Pipí?

PIPI: Chi.

Una doña camina por la acera rascándose el culo y erutando y escupiendo en la acera.

VERGA: Esnif. Esnif. Atiendan, como que creo que huelo un familiar y sabroso aroma.

MAMERRO: Yo también. Hace que me muera de la melancolía y que me pare. ¿Verdad, Pipí?

PIPI: Chi.

VERGA: Pues sigamos el sabroso aroma pues parece que nos conducirá a nuestro incierto destino.

Los tres extraterrestes se arrastran siguiendo el sabroso aroma hasta llegar a un edificio de tres pisos pintado de muchos colores, como un vómito de borracho. Entran y suben varias colinas empinadas hasta llegar al tercer piso y a la puerta de un apartamento, el 303.

VERGA: Como que hay un objeto rectangular y duro frente a nosotros.

MAMERRO: ¿Por qué no le damos gentiles macetazos como hicimos en aquel planeta de donde nos botaron la última vez?

VERGA: No creo que sea una buena idea. Es mejor que por nuestros cojones intentemos cruzar esta curiosa barrera y así llegar al origen de ese sabroso aroma.

MAMERRO: Puede que tengas razón. ¿Verdad, Pipí?

PIPI: Chi.

Los tres extraterrestres atraviesan la puerta como tirabuzones. Al llegar al otro lado, se arrastran hasta llegar al dormitorio y se encaraman en la cama donde la doña ronca. Los tres estan parados y pulsantes.

VERGA: Como que escucho ruidos animales y el sabroso aroma es tán intenso que estoy a punto de botar la leche y desmayarme.

MAMERRO: Y nosotros también. Tu ve por ese lado y nosotros buscamos por este otro.

VERGA: De acuerdo, pero acuérdense que los designios del destino son a veces misteriosos y profunditos.

MAMERRO: Okey. ¡Sígueme, Pipí!

Pasan varios minutos.

MAMERRO: ¡Lo encontramos! ¡Lo encontramos! El sabroso aroma proviene de una inmensa y peluda cueva como en los cuentos de hadas, y adentro parece que está bien mojadita como a nosotros los gusta. ¿Verdad, Pipí?

PIPI: ¿Chi?

VERGA: Pues entremos, entonces. ¡Pero cuidado, ah! Que rumores me han contado y nada agradables son, ¿me escucharon?

Los tres extraterrestres entran y adentro se resbalan y caen y rozan las paredes que vibran y se emocionan y empiezan a cerrarse. Los tres se ponen tan duros y grandes que apenas se pueden mover. Entonces descubren de que no pueden salir.

VERGA: Como que yo creo que nos jodimos.

MAMERRO: Por esmayaos. ¿Verdad, Pipí?

PIPI: Mjm.

La doña despierta. Se levanta y camina hasta el inodoro en donde se sienta y empieza a pujar con fuerza. Truena un enorme peo y una abundante erupción de agua sucia salta fuera de la bacineta. Empapada, la doña se pone de pie, mira hacia adentro del recipiente de porcelana, jala la cadena y se aleja maldiciendo.

DOÑA: ¡Bah..., trillizos!

FIN

COPYRIGHT por MAXIMILIANO E. BEMBA

1 comentario:

  1. La literatura erótica que estabas esperando:

    losrelatosdevance.blogspot.com

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