sábado, 10 de julio de 2010

DECLARACION OFICIAL DE UN BORRACHITO EN LA JEFATURA

“Pues fíjese, sargento, cuando no robo yo bebo y ese día yo estaba bebiendo, porque a mi me gusta beber, usté sabe, no mucho pero bastante, y estaba bebiendo con 'Leño' Pagán, ese atómico que usté ve ahí tirao en ese charco de vómitos, y con 'Tanque' Guerra, que es dominicano, buena gente pero que no habla mucho, y que ahora mismo no lo veo (él es medio tímido, ¿usté me comprende?), cuando pasó por ahí el señol ese, el Señol Juan Pérez, que no fué hasta orita que nos enteramos de que es juez, y que le dijimos que mira vente pacá pa que nos pagues unos traguitos (y pa depuéj, tu sabes, darle pabajo como nosotros los machos hacemos cuando estamos jumoj), y el Señol Pérez, que estará casao pero que tiene cara de pato viejo, el Señol Pérez como que se indignó y ya se estaba yendo cuando se cae al suelo y con él se tropieza Toño 'La Pantera', y, ¡ay mi madre!, Toño 'La Pantera' ya hacía rato que tenía problemas porque dos sicarios con automáticas lo estaban persiguiendo para matarlo, (a Toño lo quiere matar tó el mundo, vijte), ¡y mire que muchos tiros los dos sicarios le dispararon a Toño 'La Pantera'!, tantos que la pared, el muro de los lamentos como lo conocemos nosotros los embebidos, el muro de los lamentos, ése que está detrás de la iglesia y frente a la barrita de Pancha 'La Coja', coja porque to los hijoeputas del barrio se la cogen pabajo, parriba y pol tó los laos, no porque le falte una pierna, ella tiene las dos todavía en su sitio según tengo entendido, pues el muro estaba lleno de agujeros de bala como un queso suizo, y los sicarios corrían detrás de Toño disparándole, y Toño corriendo delante de los sicarios evadiendo los proyectiles que zumbaban como moscas huyéndole al diablo, ¡Zim! ¡Zum! ¡Zam!, y yo y 'Leño' Pagán y 'Tanque' Guerra estábanos sentaos en la acera al otro lado de la calle mirando tó el asunto, como si fuese una película de atsión de esas de Bru Juíli o del mogote ese de Chalchenagel, y era como gracioso porque se corrieron alrededor de la misma cuadra como doce o trece veces, los sicarios, Toño 'La Pantera' y una jauría de perros realengos que también estaban tiraos por ahí mirando y que como a la tercera vuelta se les esmandaron a toj detrás, veinte perros, uno de ellos, el más chiquito, ladrando, ladrando, y ladrando, y en la última vuelta fue que Toño, que es ese que está ahí mirando malo a esa secretaria (a Toño le gusta mirar malo, no veldá; una costumbre, supongo), se tropezó con el Señol Pérez y pienso ahora, ya que todos estamos un poco más sobrios y calmaítos, que todo fue un atsidente, ya que el Señol Pérez, que es arrogante y narizón, se apareció en una esquina dando bandazos como nosotros los borrachitos, y también olía al pitorro que vende el infeliz de Pedro 'Justicia', (ese sí que es un sobrenombre bastante mal llevao, oígame usté, sobre todo en estas circunstancias, ¿usté no cree?), y hasta 'Tanque' Guerra, que todavía no lo veo, durmiendo debe estar en uno de esos calabozos que veo allá atrás, a 'Tanque' Guerra le gusta dormir mucho, bebe demasiado, aún más que yo, hasta 'Tanque' Guerra hizo un comentario: 'Tanque' Guerra dijo, ‘Parece un dominicano borracho’, a lo que yo y 'Leño' Pagán na mas que asentimos porque no podíamos decir ná, ¿¡qué íbanos a decir!?, así que seguimos mirando, y entonces, tó apestoso y arrastrándose por las cunetas, pasa frente a nosotros el Señol Pérez, que además de narizón es barrigón, y yo le digo 'mira boricua, páganos unos traguitos', y el muy muy nos mira así, como diciendo 'mira para allá estos desgraciaos, vergüenza les debería dar', así nos miraba el muy borracho, porque a fin de cuentas estaba igual de quemao como nosotros, y siguió caminando dando tumbos y cruza la calle y cuando llega a la acera opuesta se tropieza con la cuneta y se cae y se golpea y pierde el conocimento, y a la misma vez ya Toño está corriendo la última vuelta y no ve al Señol Pérez tirado en la acera, porque Toño está mirando hacia atrás riéndose de los sicarios que estaban maldiciendo porque se les acabaron las balas y mientras corrían se estaban escarbando en los bolsillos para ver si encontraban algunas para cargar las automáticas, así con la lengua de cansaos por fuera y tó, y en ese instante, mire usté, en ese instante fue que se armó la grande, porque Toño 'La Pantera' se tropieza con el Pérez ese, que dicen que es una persona rejpetable pero que de rejpetable no tiene ná, pues podrá ser juez de los supremos tribunales allá arríba en laj estrellas celestiales por donde flotan los astronáutas y explotan las supernovas y andan los joyos negros que se lo tragan tó pero, aquí entre nos, en tó el pueblo hasta llegar a las cuatro costas a ninguno de esos señores vestíos de graduación nadie les hace caso y hasta nos producen disgusto por metel presos a los malandrines que lo que hacen es robal chavos prietos si los comparamos con todos los malechores de rancio abolengo que tó esos barrigones y narizones se encargan de dejar afuera, ¿usted me entiende?, pues Toño se tropieza con el Señol Pérez y se desparrama por el suelo, los sicarios tambien se tropiezan con el Señol Pérez y se caen encima de Toño, Toño se los trata de sacar de encima, el Señol Pérez, que lo que es es un cabrón, recobra el conocimiento, se aparecen esmandáos los perros y les caen encima al Señol Pérez, a Toño y a los sicarios, y yó como ya empezaba a encojonarme de toda la pendejá voy p’allá y le caigo encima a tó jellos. Y eso es todo lo que tengo que contal porque de lo que pasó dejpuéj ni me acueldo. Así de jendío yo estaba.”

Copyright por Maximiliano Eugenio Bemba

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